sábado, 23 de marzo de 2013

Los Terremotos


Concepto de Terremoto

Un terremoto es el movimiento brusco de la tierra causado por la brusca liberación de energía acumulada durante un largo tiempo. En general se asocia el término terremoto con los movimientos sísmicos de dimensión considerable, aunque rigurosamente su etimología significa "movimiento de la Tierra".

Los terremotos provocan grandes daños, por lo que obligan a investigar sus causas para una predicción más eficaz. Información, concepto y significado.

 Causas de terremotos

La actividad subterránea originada por un volcán en proceso de erupción puede originar un fenómeno similar. También se ha estimado que una fuerza extrínseca, provocada por el hombre, podría desencadenar un terremoto, probablemente en un lugar donde ya había una falla geológica. Es así como se ha supuesto que experimentos nucleares, o la fuerza de millones de toneladas de agua acumulada en represas o lagos artificiales podría producir tal fenómeno.

Los terremotos tienen lugar por varias causas.

La más común tiene que ver con las placas tectónicas - un total de 12 - que forman la corteza terrestre. Cuando éstas chocan entre sí, liberan una energía acumulada que tiene fuertes consecuencias en tierra firme.

 Otra causa de los terremotos está en la actividad subterránea que originan volcanes en proceso de erupción, o incluso en la actividad humana - experimentos nucleares o la acumulación de agua en presas.

 El 90% de los terremotos se concentran en lugares cercanos a las fallas, que son zonas en las que las placas ejercen fuerza.

 Las zonas del mundo con mayor riesgo de terremotos, ¿por qué?

Un año antes del sismo en Asia, la revista estadounidense Foreign Policy identificó los sitios más propensos a tener temblores de consecuencias graves; Japón estaba en la lista.

Después de lo que aconteció en Japón, las alarmas sísmicas de todo el mundo se encendieron por la posibilidad de que ocurra otra catástrofe de proporciones mayúsculas. Apenas en el año 2010, los terremotos de Haití y Chile, así como el tsunami de Indonesia dejaron claro que la fuerza de la naturaleza puede ser desmedida.

Por este motivo, muchos investigadores buscan ubicar las zonas más propensas a un terremoto, tal como lo hizo Andrew Swift. Él, en su columna editorial de la revista Foreign Policy, redactó un artículo sobre las zonas que tienen un alto índice sismológico. 

Curiosamente, en su artículo, publicado en 2010, había puesto a Japón entre las regiones con mayor riesgo de sufrir un terremoto. Al respecto, argumentaba que su densidad de población en grandes ciudades como Tokio y Kyoto podía acarrear enormes pérdidas humanas, que alcanzaran cifras de 60 mil víctimas. 

A su vez, comentaba que la actividad sísmica en las proximidades de la Costa Nipona dejaría el país vulnerable a los tsunamis. La fuerte dependencia de Japón de la energía nuclear era otro motivo de preocupación, especialmente después de que un terremoto causara en 2007 una peligrosa fuga en una planta de Kashiwazaki. 

Curiosamente, la última catástrofe propició un gran tsunami que ocasionó una desgracia nuclear de nivel 4.

Las otras zonas más propensas a sufrir un sismo de consecuencias graves que aparecían en el artículo son:   Estados Unidos, Región Delta del Bajo Misisipi, Falla Nueva Madrid.

Una serie de sismos a comienzos del siglo XIX a lo largo de la falla de Nueva Madrid -que incluye partes de Illinois, Missouri, Arkansas, Kentucky, Tennessee y Mississippi- provocó que el río Mississippi fluyera en dirección contraria, hizo sonar las campanas de las iglesias de Boston y afectó un área más de tres veces mayor que el famoso terremoto de San Francisco de 1906. 

Swift comenta que hoy las grandes ciudades de San Luis y Memphis se sitúan dentro de la zona de peligro, enmarcada por la que se podría considerar la falla más amenazante de Estados Unidos. 

La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de EU.A., advirtió en 2008 que si se produjera un importante terremoto podría provocar “las mayores pérdidas económicas, debidas a un desastre natural en el país”. Esto en gran parte a causa de la relativa falta de preparación frente a este tipo de desastres naturales, en comparación con California y el Pacífico Noroeste.

La edición de Foreign Policy de EE.UU. identificó los cuatro sitios más riesgosos en materia sísmica, además de Japón, que tradicionalmente es ubicado como el territorio con más peligro de terremotos.
Turquía. Línea de falla: Norte de Anatolia. Último gran terremoto: Duzce, en 1999.
Motivos para preocuparse: El terremoto de 1999 en Izmit -situado junto al mar de Mármara, y justo al sureste de Estambul- mató a casi 18 mil personas. El de Izmit fue el último de una serie de sismos que se han producido hacia el oeste de Turquía durante 70 años. Otro ocurrido sólo tres meses después en Duzce, causó la muerte de casi 900 personas. En las cuatro últimas décadas, Turquía ha sufrido más de seis terremotos con más de mil víctimas.
Los científicos afirman que es probable que el próximo temblor se produzca ligeramente al oeste de Izmit, ubicada al sur de Estambul, una ciudad de 12 millones de habitantes. Es probable que la acumulación de tensión sísmica, dé como resultado una serie de sismos más pequeños, más que un único superterremoto, pero eso no ofrece mucho consuelo a los residentes de una de las ciudades más antiguas y de mayor importancia histórica del mundo.
 
Australia. Línea de falla: entre la placa del Pacífico, la Filipina y la Euroasiática. Último gran terremoto: Newcastle, en 1989.
Motivos para preocuparse: A diferencia del resto de los países de esta lista, Australia en realidad no está colocada a lo largo de una falla entre dos placas tectónicas, es decir que tiene una localización intraplaca, lo que difícilmente es un motivo de tranquilidad. La actividad sísmica del país es el resultado de la presión de placas tectónicas que están lejos del continente, lo que significa que de manera literal cualquier parte de Australia está bajo una amenaza potencial y que los temblores en este país son extremadamente difíciles de predecir.

La mayoría de los terremotos de Australia, incluyendo los diez que se produjeron en 2008 de una magnitud superior a 4,0, se han desencadenado en el desolado centro del país, causando daños mínimos. Pero lo impredecible de las sacudidas sísmicas ha conducido a una falsa sensación de seguridad: los materiales de construcción en ciudades importantes como Sydney están viejos y corroídos y son vulnerables, como puso en evidencia un terremoto relativamente menor de magnitud 5,5 en 1989 en Newcastle que causó daños por más de 1.400 millones de dólares. Un temblor cerca de Sydney, que tiene una población 15 veces superior a Newcastle, resultaría mucho más mortífero.
 
Nepal.  Líneas de fallas: Cabalgamiento Frontal Himaláyico (HFT, en sus siglas en inglés), Cabalgamiento Marginal (MBT), Cabalgamiento Central (MCT). Último gran terremoto: 1988, en la región fronteriza entre Nepal e India.
Motivos para preocuparse: Justo al sur de la cordillera del Himalaya, y a sólo 241 kilómetros al suroeste del Monte Everest, la capital Nepalí de Katmandú se sitúa precisamente en la frontera entre la placa India y la Euroasiática. A pesar de que en los últimos años no se han producido importantes terremotos en el área, los geólogos advierten de que las numerosas fallas a lo largo del Himalaya ponen la capital Nepalí en riesgo de un enorme episodio sísmico.
 
Lo que es peor, el grado de preparación para los terremotos de Nepal es pésimo, gracias a los malos métodos de construcción y una población urbana que crece rápidamente. La ausencia de actividad sísmica reciente es de hecho otro motivo de preocupación -habitualmente cuanto más tiempo pasa entre los seísmos más probables resulta que el siguiente sea especialmente potente. Al igual que Haití, Nepal se ha visto sacudido por recientes episodios de convulsión política. En 2006 terminó una guerra civil que ha durado 10 años, y desde entonces la estabilidad política y el desarrollo económico han sido mínimos, obstaculizando la capacidad de las autoridades para prepararse para un desastre natural.
 
Como se mide un terremoto

Hasta hace poco los científicos medían los seísmos utilizando la escala de Richter, desarrollada por los sismologuitas americanos Charles F. Richter y Beno Guatenberg en 1093 y 1940.   

En su escala logarítmica de magnitud de un terremoto, cada número representa una intensidad diez veces mayor que la anterior. Ningún terremoto ha superado los 9,5 grados de Chile el 22 de mayo de 1960.

La escala de Richter mide solo la magnitud. Otras escalas se encargan de categorizar los terremotos utilizando otros criterios. La escala sismológica de magnitud del momento mide la zona de roca desplazados, la rigidez de la roca y la distancia media de desplazamiento.

La escala sismológica de Mercalli utiliza números romanos para calificar un terremoto por sus efectos sobre el entorno. Durante un terremoto que nominal I, las personas no sienten ningún movimiento de la Tierra. Durina uno V, casi todo el mundo ha sentido el movimiento. En un terremoto X, los edificios se derrumban, las presas se rompen y se forman grietas en el suelo.

 Recomendaciones ante un sismo

Antes de un sismo

·         Establecer un plan de emergencia sísmica para el lugar.

·         Ubicar y señalizar zonas seguras o libres de riesgo.

·         Designar responsables para cortar los servicios de agua, gas, luz y otros suministros.

·         Disponer de luces de emergencias, linternas y radio a transistores.

·         Verificar periódicamente el funcionamiento de puertas y portones.

·         Señalizar y mantener libre de obstáculos las vías de escape.

·         Establecer un plan de emergencia familiar.

·         Participar activamente del funcionamiento del plan de emergencia sísmico.

 
Durante el sismo

·         Tener calma y proceder de acuerdo a lo establecido en el plan de emergencia.

·         No permanecer en lugares donde existan objetos cuya caída pueda provocar accidentes.

·         No salir a balcones bajo ninguna circunstancia.

·         No usar ascensores.

·         Si se encuentra en un local con aglomeración de personas (autoservicios, templos, cines, etc.), permanecer en el lugar y aplicar las medidas de protección. No acudir inmediatamente a la salida.

·         Ser solidario con los semejantes frente a la emergencia.

 Después de un sismo

·         Intentar resolver los problemas inmediatos; la ayuda puede tardar en llegar.

·         Verificar si hay heridos y practicar los primeros auxilios.

·         No caminar descalzo, ni a oscuras.

·         Controlar que no haya pérdidas de agua, gas y electricidad.

·         Observar si el edificio esta deteriorado y actuar, en consecuencia, de manera ordenada.

·         No usar, salvo casos de extrema necesidad, el teléfono, vías de transporte y servicios públicos.

·         No encender fósforos, ni conectar llaves eléctricas. Utilizar linternas a pilas o baterías para iluminarse.

·         Estar informado a través de cualquier medio, ya que puede recibir noticias y recomendaciones importantes.

·         No propagar rumores infundados.

·         Obedecer las instrucciones del personal encargado de manejar la emergencia sísmica.

República Dominicana, un país sísmico y las provincias con más riesgo

La posición de la isla Hispaniola, justo en el borde de interacción entre la placa tectónica  de Norteamérica y la placa tectónica del Caribe, específicamente en el borde norte de la placa del Caribe, provoca que toda la isla, pero especialmente la región septentrional, sea considerada como de alto riesgo sísmico, lo que se evidencia al pasar revista a nuestra historia sísmica, donde encontramos seis devastadores terremotos.

Esos devastadores sismos, ocurridos en 1562, 1783, 1842, 1887, 1904 y 1946 han destruido importantes ciudades dominicanas, principalmente en la Región Norte;  apreciándose que los últimos cuatro grandes sismos  tuvieron una separación de 59, 45, 17 y 42 años,  por lo que es de esperarse que en un futuro relativamente cercano,  el país sea afectado por una fuerte sacudida sísmica, ya que desde 1946 hasta el presente han  transcurrido 57 años.

Pero no obstante, el alto riesgo sísmico de nuestro territorio y no obstante, la proximidad de un evento sísmico importante, el país no está preparado ni física, ni síquica, ni logísticamente para enfrentar un terremoto de magnitud superior a 7.0 grados en la escala de Richter, puesto que la mayor parte de la población dominicana, por no haber  vivido la experiencia del último gran terremoto del 4 de agosto de 1946, tiende a subestimar el riesgo sísmico  en la  República Dominicana.

En la actualidad, el país tiene en operación cinco estaciones sismológicas, desde las cuales se reciben las informaciones vía internet o satelital. Están ubicadas en Santo Domingo, San Juan, Santiago, Samaná y Punta Cana.
 
Terremotos que hemos tenido en los últimos tiempos

En 1562 son destruidos Santiago y La Vega, y Puerto Plata sufre daños.
 
En 1614 hubo un terremoto que dañó seriamente a Santo Domingo. Hubo réplicas por 42 días.

En 1673 mueren 24 personas y la ciudad de Santo Domingo es destruida, réplicas por 40 días.
Año 1691 fue la destrucción de Azua y daños en Santo Domingo.
 
En 1751 Azua fue destruida, ruinas en El Seibo, daños en Santo Domingo, Puerto Príncipe y en Croix-des-Bouquets en Haití, también se produjo un maremoto, este sismo afectó todo el sur de la isla.
 
En 1761 fue sentido en todo el sur de Azua, destruida de nuevo, daños en Neiba, San Juan; se sintió en La Vega, Santiago y Cotuí.
 
En 1842 catástrofe en toda la isla, maremoto en las costas del norte, 5,000 a 6,000 muertos en Haití, destruidas Santiago, Cabo Haitiano y Mole Saint-Nicolás, muchos edificios destruidos en Santo Domingo.
 
En el 1897 Santiago, Guayubín, Guanábano - abajo, Altamira, Navarrete. Catedral y Palacio de Gobiernos en ruinas. Roturas del cable submarino de Puerto Plata, deslizamiento en las montañas al norte de Santiago.

 El 4 de Agosto del año 1946 sismo de magnitud 8.1 en el nordeste del país, produjo daños en todo el país, causó maremoto en la provincia de Nagua, y borró así la población pesquera de Matancitas, este fue uno de los sismos mayores del siglo XX.

 Zonas de nuestro país que son más afectadas por los terremotos

En la República Dominicana, la historia registra el sismo más grande ocurrido en la región del Caribe en el año 1946 con una magnitud de 8.1 grados. También han ocurridos varios terremotos de 6.5 grados.

En Santiago y Puerto Plata hay edificaciones que exhiben las secuelas de los efectos que ocasionó el sismo, y las huellas sicológicas están presentes en la ciudadanía, que aún recuerda el pánico que se vivió la noche de aquel día.

El bloque septentrional - integrado por el valle del Cibao, la bahía de Samaná, la cordillera septentrional, la península de Samaná y la costa Atlántica- es el que registra la mayor actividad sísmica de toda la isla y donde se han producido los sismos “más devastadores” de los últimos 500 años.

Entre las principales fallas geológicas que pueden generar sismos están la falla Septentrional que es un rasgo geológico que va desde Montecristi, cruza las provincias Espaillat, Duarte, María Trinidad Sánchez y Samaná, y continúa hacia la zona de Puerto Rico.
Otra falla se registra en la zona de San José de Ocoa, donde existe un sistema de hendiduras que va desde esta provincia, cruza la zona de San Juan de la Maguana y se interna en el territorio haitiano. Esta falla ha sido la causante de grandes sismos ocurridos en el país.  Además, existe una falla importante en la generación de sismos en la región de Bonao y Hatillo en Cotuí. Esta falla puede provocar terremotos de una magnitud de 5 hasta 6.5 grados.

Existen  rasgos geológicos fuera de la isla que puede producir terremotos, entre ellas una conocida como la Trinchera de Puerto Rico, ubicada en la parte norte de esta isla, y al noroeste de Samaná y norte de Higuey.  Otra falla es la conocida como la Trinchera de los Muertos, ubicada a unos 80 kilómetros al Sur de República Dominicana, que también podría originar sismos.

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