Concepto de
Terremoto
Un
terremoto es el movimiento brusco de la tierra causado por la brusca liberación
de energía acumulada durante un largo tiempo. En general se asocia el término terremoto con
los movimientos sísmicos de dimensión considerable, aunque rigurosamente su
etimología significa "movimiento de la Tierra".
Los terremotos provocan grandes daños, por lo que obligan a investigar
sus causas para una predicción más eficaz. Información, concepto y significado.
Causas de terremotos
La actividad subterránea originada por un volcán en proceso de erupción puede originar un fenómeno
similar. También se ha estimado que una fuerza extrínseca, provocada por el
hombre, podría desencadenar un terremoto, probablemente en un lugar donde ya
había una falla geológica. Es así como se ha supuesto que experimentos
nucleares, o la fuerza de millones de toneladas de agua acumulada en represas o
lagos artificiales podría producir tal fenómeno.
Los
terremotos tienen lugar por varias causas.
La más común tiene que ver con las placas tectónicas - un total de 12 -
que forman la corteza terrestre. Cuando éstas chocan entre sí, liberan una
energía acumulada que tiene fuertes consecuencias en tierra firme.
Otra causa de los terremotos está
en la actividad subterránea que originan volcanes en proceso de erupción, o
incluso en la actividad humana - experimentos nucleares o la acumulación de
agua en presas.
El 90% de los terremotos se
concentran en lugares cercanos a las fallas, que son zonas en las que las
placas ejercen fuerza.
Las zonas del mundo
con mayor riesgo de terremotos, ¿por qué?
Un
año antes del sismo en Asia, la revista estadounidense Foreign Policy
identificó los sitios más propensos a tener temblores de consecuencias graves;
Japón estaba en la lista.
Después
de lo que aconteció en Japón, las alarmas sísmicas de todo el mundo se
encendieron por la posibilidad de que ocurra otra catástrofe de proporciones
mayúsculas. Apenas en el año 2010, los terremotos de Haití y Chile, así como el
tsunami de Indonesia dejaron claro que la fuerza de la naturaleza puede ser
desmedida.
Por
este motivo, muchos investigadores buscan ubicar las zonas más propensas a un
terremoto, tal como lo hizo Andrew Swift. Él, en su columna editorial de la
revista Foreign Policy, redactó un artículo sobre las zonas que tienen un alto
índice sismológico.
Curiosamente,
en su artículo, publicado en 2010, había puesto a Japón entre las regiones con
mayor riesgo de sufrir un terremoto. Al respecto, argumentaba que su densidad
de población en grandes ciudades como Tokio y Kyoto podía acarrear enormes pérdidas
humanas, que alcanzaran cifras de 60 mil víctimas.
A su
vez, comentaba que la actividad sísmica en las proximidades de la Costa Nipona
dejaría el país vulnerable a los tsunamis. La fuerte dependencia de Japón de la
energía nuclear era otro motivo de preocupación, especialmente después de que
un terremoto causara en 2007 una peligrosa fuga en una planta de
Kashiwazaki.
Curiosamente,
la última catástrofe propició un gran tsunami que ocasionó una desgracia
nuclear de nivel 4.
Las
otras zonas más propensas a sufrir un sismo de consecuencias graves que
aparecían en el artículo son: Estados Unidos, Región Delta del Bajo
Misisipi, Falla Nueva Madrid.
Una
serie de sismos a comienzos del siglo XIX a lo largo de la falla de Nueva
Madrid -que incluye partes de Illinois, Missouri, Arkansas, Kentucky, Tennessee
y Mississippi- provocó que el río Mississippi fluyera en dirección contraria,
hizo sonar las campanas de las iglesias de Boston y afectó un área más de tres
veces mayor que el famoso terremoto de San Francisco de 1906.
Swift
comenta que hoy las grandes ciudades de San Luis y Memphis se sitúan dentro de
la zona de peligro, enmarcada por la que se podría considerar la falla más
amenazante de Estados Unidos.
La
Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de EU.A., advirtió en 2008 que si
se produjera un importante terremoto podría provocar “las mayores pérdidas
económicas, debidas a un desastre natural en el país”. Esto en gran parte a
causa de la relativa falta de preparación frente a este tipo de desastres
naturales, en comparación con California y el Pacífico Noroeste.
La edición
de Foreign Policy de EE.UU. identificó los cuatro sitios más riesgosos en
materia sísmica, además de Japón, que tradicionalmente es ubicado como el
territorio con más peligro de terremotos.
Turquía. Línea de falla: Norte de
Anatolia. Último gran terremoto: Duzce, en 1999.
Motivos para
preocuparse: El terremoto de 1999 en Izmit -situado junto al mar de Mármara, y
justo al sureste de Estambul- mató a casi 18 mil personas. El de Izmit fue el
último de una serie de sismos que se han producido hacia el oeste de Turquía
durante 70 años. Otro ocurrido sólo tres meses después en Duzce, causó la
muerte de casi 900 personas. En las cuatro últimas décadas, Turquía ha sufrido
más de seis terremotos con más de mil víctimas.
Los
científicos afirman que es probable que el próximo temblor se produzca
ligeramente al oeste de Izmit, ubicada al sur de Estambul, una ciudad de 12
millones de habitantes. Es probable que la acumulación de tensión sísmica, dé
como resultado una serie de sismos más pequeños, más que un único
superterremoto, pero eso no ofrece mucho consuelo a los residentes de una de
las ciudades más antiguas y de mayor importancia histórica del mundo.
Australia. Línea de falla: entre la placa
del Pacífico, la Filipina y la Euroasiática. Último gran terremoto: Newcastle,
en 1989.
Motivos para
preocuparse: A diferencia del resto de los países de esta lista, Australia en
realidad no está colocada a lo largo de una falla entre dos placas tectónicas,
es decir que tiene una localización intraplaca, lo que difícilmente es un
motivo de tranquilidad. La actividad sísmica del país es el resultado de la
presión de placas tectónicas que están lejos del continente, lo que significa
que de manera literal cualquier parte de Australia está bajo una amenaza
potencial y que los temblores en este país son extremadamente difíciles de
predecir.
La mayoría de los terremotos de Australia, incluyendo los diez que se
produjeron en 2008 de una magnitud superior a 4,0, se han desencadenado en el
desolado centro del país, causando daños mínimos. Pero lo impredecible de las
sacudidas sísmicas ha conducido a una falsa sensación de seguridad: los
materiales de construcción en ciudades importantes como Sydney están viejos y
corroídos y son vulnerables, como puso en evidencia un terremoto relativamente
menor de magnitud 5,5 en 1989 en Newcastle que causó daños por más de 1.400
millones de dólares. Un temblor cerca de Sydney, que tiene una población 15
veces superior a Newcastle, resultaría mucho más mortífero.
Nepal. Líneas de fallas: Cabalgamiento Frontal
Himaláyico (HFT, en sus siglas en inglés), Cabalgamiento Marginal (MBT),
Cabalgamiento Central (MCT). Último gran terremoto: 1988, en la región
fronteriza entre Nepal e India.
Motivos para
preocuparse: Justo al sur de la cordillera del Himalaya, y a sólo 241
kilómetros al suroeste del Monte Everest, la capital Nepalí de Katmandú se
sitúa precisamente en la frontera entre la placa India y la Euroasiática. A
pesar de que en los últimos años no se han producido importantes terremotos en
el área, los geólogos advierten de que las numerosas fallas a lo largo del
Himalaya ponen la capital Nepalí en riesgo de un enorme episodio sísmico.
Lo que es
peor, el grado de preparación para los terremotos de Nepal es pésimo, gracias a
los malos métodos de construcción y una población urbana que crece rápidamente.
La ausencia de actividad sísmica reciente es de hecho otro motivo de
preocupación -habitualmente cuanto más tiempo pasa entre los seísmos más
probables resulta que el siguiente sea especialmente potente. Al igual que
Haití, Nepal se ha visto sacudido por recientes episodios de convulsión
política. En 2006 terminó una guerra civil que ha durado 10 años, y desde
entonces la estabilidad política y el desarrollo económico han sido mínimos,
obstaculizando la capacidad de las autoridades para prepararse para un desastre
natural.
Como se mide un
terremoto
Hasta hace poco los científicos
medían los seísmos utilizando la escala de Richter, desarrollada por los sismologuitas americanos Charles F. Richter y Beno Guatenberg en 1093 y 1940.
En su escala logarítmica de
magnitud de un terremoto, cada número representa una intensidad diez veces
mayor que la anterior. Ningún terremoto ha superado los 9,5 grados de Chile el
22 de mayo de 1960.
La escala de Richter mide solo la
magnitud. Otras escalas se encargan de categorizar los terremotos utilizando
otros criterios. La escala sismológica
de magnitud del momento mide la zona de roca desplazados, la rigidez de
la roca y la distancia media de desplazamiento.
La escala sismológica de Mercalli utiliza números romanos para
calificar un terremoto por sus efectos sobre el entorno. Durante un terremoto
que nominal I, las personas no sienten ningún movimiento de la Tierra. Durina
uno V, casi todo el mundo ha sentido el movimiento. En un terremoto X, los
edificios se derrumban, las presas se rompen y se forman grietas en el suelo.
Recomendaciones
ante un sismo
Antes
de un sismo
·
Establecer un plan de emergencia sísmica para el
lugar.
·
Ubicar y señalizar zonas seguras o libres de
riesgo.
·
Designar responsables para cortar los servicios de
agua, gas, luz y otros suministros.
·
Disponer de luces de emergencias, linternas y radio
a transistores.
·
Verificar periódicamente el funcionamiento de
puertas y portones.
·
Señalizar y mantener libre de obstáculos las vías
de escape.
·
Establecer un plan de emergencia familiar.
·
Participar activamente del funcionamiento del plan
de emergencia sísmico.
Durante el sismo
·
Tener calma y proceder de acuerdo a lo establecido
en el plan de emergencia.
·
No permanecer en lugares donde existan objetos cuya
caída pueda provocar accidentes.
·
No salir a balcones bajo ninguna circunstancia.
·
No usar ascensores.
·
Si se encuentra en un local con aglomeración de
personas (autoservicios, templos, cines, etc.), permanecer en el lugar y
aplicar las medidas de protección. No acudir inmediatamente a la salida.
·
Ser solidario con los semejantes frente a la
emergencia.
Después de un sismo
·
Intentar resolver los problemas inmediatos; la
ayuda puede tardar en llegar.
·
Verificar si hay heridos y practicar los primeros
auxilios.
·
No caminar descalzo, ni a oscuras.
·
Controlar que no haya pérdidas de agua, gas y
electricidad.
·
Observar si el edificio esta deteriorado y actuar,
en consecuencia, de manera ordenada.
·
No usar, salvo casos de extrema necesidad, el
teléfono, vías de transporte y servicios públicos.
·
No encender fósforos, ni conectar llaves
eléctricas. Utilizar linternas a pilas o baterías para iluminarse.
·
Estar informado a través de cualquier medio, ya que
puede recibir noticias y recomendaciones importantes.
·
No propagar rumores infundados.
·
Obedecer las instrucciones del personal encargado
de manejar la emergencia sísmica.
República Dominicana, un país sísmico
y las provincias con más riesgo
La posición de la isla Hispaniola, justo en el borde de
interacción entre la placa tectónica de
Norteamérica y la placa tectónica del Caribe, específicamente en el borde norte
de la placa del Caribe, provoca que toda la isla, pero especialmente la región
septentrional, sea considerada como de alto riesgo sísmico, lo que se evidencia
al pasar revista a nuestra historia sísmica, donde encontramos seis
devastadores terremotos.
Esos devastadores sismos, ocurridos en 1562, 1783, 1842, 1887,
1904 y 1946 han destruido importantes ciudades dominicanas, principalmente en
la Región Norte; apreciándose que los
últimos cuatro grandes sismos tuvieron
una separación de 59, 45, 17 y 42 años,
por lo que es de esperarse que en un futuro relativamente cercano, el país sea afectado por una fuerte sacudida sísmica,
ya que desde 1946 hasta el presente han
transcurrido 57 años.
Pero no obstante, el alto riesgo sísmico de nuestro
territorio y no obstante, la proximidad de un evento sísmico importante, el
país no está preparado ni física, ni síquica, ni logísticamente para enfrentar
un terremoto de magnitud superior a 7.0 grados en la escala de Richter, puesto
que la mayor parte de la población dominicana, por no haber vivido la experiencia del último gran
terremoto del 4 de agosto de 1946, tiende a subestimar el riesgo sísmico en la
República Dominicana.
En la actualidad, el país tiene
en operación cinco estaciones sismológicas, desde las cuales se reciben las
informaciones vía internet o satelital. Están ubicadas en Santo Domingo, San Juan,
Santiago, Samaná y Punta Cana.
Terremotos que hemos tenido en los
últimos tiempos
En 1562 son destruidos
Santiago y La Vega, y Puerto Plata sufre daños.
En 1614 hubo un terremoto
que dañó seriamente a Santo Domingo. Hubo réplicas por 42 días.
En 1673 mueren 24
personas y la ciudad de Santo Domingo es destruida, réplicas por 40 días.
Año 1691 fue la destrucción de Azua y daños en Santo Domingo.
En 1751 Azua fue destruida,
ruinas en El Seibo, daños en Santo Domingo, Puerto Príncipe y en
Croix-des-Bouquets en Haití, también se produjo un maremoto, este sismo afectó
todo el sur de la isla.
En 1761 fue sentido en
todo el sur de Azua, destruida de nuevo, daños en Neiba, San Juan; se sintió en
La Vega, Santiago y Cotuí.
En 1842 catástrofe en
toda la isla, maremoto en las costas del norte, 5,000 a 6,000 muertos en Haití,
destruidas Santiago, Cabo Haitiano y Mole Saint-Nicolás, muchos edificios
destruidos en Santo Domingo.
En el 1897 Santiago,
Guayubín, Guanábano - abajo, Altamira, Navarrete. Catedral y Palacio de
Gobiernos en ruinas. Roturas del cable submarino de Puerto Plata, deslizamiento
en las montañas al norte de Santiago.
El 4 de Agosto del año
1946 sismo de magnitud 8.1 en el nordeste del país, produjo daños en todo el
país, causó maremoto en la provincia de Nagua, y borró así la población
pesquera de Matancitas, este fue uno de los sismos mayores del siglo XX.
Zonas de nuestro país que son más afectadas por los
terremotos
En la República Dominicana, la
historia registra el sismo más grande ocurrido en la región del Caribe en el
año 1946 con una magnitud de 8.1 grados. También han ocurridos varios
terremotos de 6.5 grados.
En Santiago y Puerto Plata hay
edificaciones que exhiben las secuelas de los efectos que ocasionó el sismo, y
las huellas sicológicas están presentes en la ciudadanía, que aún recuerda el
pánico que se vivió la noche de aquel día.
El bloque septentrional - integrado por el
valle del Cibao, la bahía de Samaná, la cordillera septentrional, la península
de Samaná y la costa Atlántica- es el que registra la mayor actividad sísmica
de toda la isla y donde se han producido los sismos “más devastadores” de los
últimos 500 años.
Entre las principales fallas
geológicas que pueden generar sismos están la falla Septentrional que es un
rasgo geológico que va desde Montecristi, cruza las provincias Espaillat,
Duarte, María Trinidad Sánchez y Samaná, y continúa hacia la zona de Puerto
Rico.
Otra falla se registra en la zona de San José de Ocoa, donde existe un sistema
de hendiduras que va desde esta provincia, cruza la zona de San Juan de la
Maguana y se interna en el territorio haitiano. Esta falla ha sido la causante
de grandes sismos ocurridos en el país.
Además, existe una falla importante en la generación de sismos en la
región de Bonao y Hatillo en Cotuí. Esta falla puede provocar terremotos de una
magnitud de 5 hasta 6.5 grados.
Existen rasgos geológicos fuera de la isla que puede
producir terremotos, entre ellas una conocida como la Trinchera de Puerto Rico,
ubicada en la parte norte de esta isla, y al noroeste de Samaná y norte de
Higuey. Otra falla es la conocida como
la Trinchera de los Muertos, ubicada a unos 80 kilómetros al Sur de República
Dominicana, que también podría originar sismos.